sábado, 30 de mayo de 2015

XERIRA, en búsqueda del mar del sur.

Buena noche, buen día, buena tarde amigo viajero.

Como todo comienzo, este suele ser lento, temeroso y distante (en el tiempo) , similar a la historia que en ésta ocasión les traigo.

Los pongo en contexto geográfico e histórico.

La historia, por cierta, muy real, se desarrolla desde la costa norte de Colombia, en la península de la Guajira y se desglosa por el sur oriente del país hasta lo que hoy conocemos como el departamento de Santander y cuya capital es Bucaramanga.

El espacio descrito en la misma, se refiere a una formación geológica que junto con otras dos describen un espacio maravilloso que no hace mucho estuvo "peleando" en ser incluido dentro de las nuevas, que de nueva no tiene nada, MARAVILLAS DE LA NATURALEZA.

Sus protagonistas como la gran diversidad de esta tierra, fueron osados aventureros que mas que labrar un destino, forjaron una tierra, una nación, una cultura. Los invito a descubrir con ojos de soñadores una pequeña porción de lo que es SANTANDER,  TIERRA DE AVENTURA.

Transcurría el año de 1532 cuando una comisión Alemana de la Casa Wesler y liderada por Ambrosio Ehinger, alemán llamado "Alfinger" por los españoles que lo acompañaba,  por encargo de la corona española salió a buscar "El mar del Sur". 

El recorrido inició en el Cabo de la Vela en la Alta Guajira Colombiana y se adentró al continente americano por las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. Siguió la margen oriental de la serranía de Perijá hacia el sur hasta el río Cesar, en donde se dio comienzo a otra aventura que definiría el inicio de una leyenda y abriría el imaginario de las Américas.

El paso por el río Cesar rumbo al río grande de la Magdalena, dio espacio a episodios inverosímiles que afloraron emociones y sentimientos, dejando huellas que marcaron lo profundo del alma y anestesiaron las mentes de quienes conformaron esta expedición, a tal punto de desviar las miradas y con ellos los pensamientos a nuevos rumbos, como en este caso. 

No paso mucho tiempo para que llegaran a un afluente del río Lebrija, bautizado así en honor del entonces Capitán español Antonio Lebrija, quien tiempo atrás había circundado su aguas, en donde esa misión fue trastocada por la ambición de corazones sedientos de aventura y riqueza. Pues fue allí donde la fantasía de lo supuesto, se hizo realidad y donde los sueños comenzaron a ser alcanzados. Me refiero al encanto del ORO, no solo en su estado natural, sino en obras labradas por indígenas que fueron usadas como parte del trueque y que dieron paso a acontecimientos que los llevó luego a uno de los sitios más maravillosos de la geografía Santandereana y que es hoy una de las maravillas de la naturaleza.

Puede ser ego de orgulloso Santandereano, pero hay que conocerlo para entonces decir que si es cierto.

Esta aventura continuo corriente arriba por el río Lebrija hasta donde desemboca el río Sogamoso en donde la majestuosidad de las montañas dejaron ver su carácter que hoy aun las identifica. El Sogamoso fue un pretexto que expuso evidencias de lo que buscaban y permitió con amplitud, dar el siguiente paso hasta el raudo río del Chicamocha, el cual circunda por gargantas rocosas la imponente Mesa de XERIRA, formando parte de lo que hoy conocemos como el CAÑON DEL CHICAMOCHA, era entonces el final del año 1532.


En marcha acueducto Regional del Chicamocha
Tras este episodio, vinieron 2 incursiones más, por dos frentes distintos, una en 1540 y otra en 1544, las cuales contribuyeron a definir entre otras muchas variables, la idiosincrasia del Santandereano. 



Hoy XERIRA o Jérida, como también se le conoció, es la MESA DE LOS SANTOS, uno de los 3 emplazamientos orográficos que junto a Bucaramanga y Ruitoque componen uno de los focos más importantes del desarrollo turístico de Santander y Colombia.


Los invito pues, a que nos visiten y descubran a XERIRA y haciéndose Santandereanos, porque como decimos aquí:

"Quien pisa tierra Santandereana, es Santandereano".



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